Tengo que dar las gracias por ser fotógrafo de bodas en Santander y poder trabajar con parejas de mi ciudad.
Hoy os quiero presentar a una pareja que quiso contar conmigo para hacer el reportaje de su boda. Sus nombres son Noemi y Ricardo, dos personas maravillosas que llegaron a mí porque no querían un reportaje convencional con un montón de posados. Deseaban disfrutar del día de su boda y que el fotógrafo no fuese un impedimento para tal fin. Retratar un evento como una boda no es algo sencillo, hay que ser capaz de contar lo que ha sucedido con tu cámara, mirando a través del ocular y sin para de disparar para no perder nada.
Nuestros protagonistas de hoy escogieron un emplazamiento en nuestra preciosa ciudad, La Casona del Judio. Decidieron que la boda se desarrollase en el mismo lugar, desde que empezaron con los preparativos de los novios (maquillaje, peluquería, vestirse…) hasta el final de la fiesta con la barra libre y la música de Amazing Djs. Como fotógrafo de bodas no puedes olvidar que tu trabajo es hacer fotografías a personas y para personas, por lo que siempre busco sacar esos momentos únicos de cada boda.
La suya empezó con una ceremonia muy emotiva en la que participaron varios invitados y fue oficiada por las hermanas de Noemi, con una madrina super especial, la hija de Ricardo. Tras la ceremonia nos tomamos unos breves instantes para poder hacer unas pocas fotografías a la pareja, allí mismo, sin salir de la finca para poco después dejarles que disfrutasen de todos sus invitados durante el cóctel y banquete.
Me ha encantado poder ser vuestro fotógrafo, poder narrar el día de vuestra boda con mi cámara y disfrutar de uno de los días mas importantes de vuestras vidas.
A lo largo de mi carrera como fotógrafo de bodas he escuchado muchas veces la frase de «Todas las bodas son iguales» y debo decir que no es cierto, debido a que lo mas importante cambia en cada una de ellas, los protagonistas.
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