¡Qué suerte la mía poder ser fotógrafo de bodas en Santander, Cantabria!
Hoy os presento a una pareja muy especial, sus nombres son Blanca y Fran. Ellos me conocieron en la boda de Ana y Mario, una pareja que ya muchos conocéis por el post de su boda (que os lo dejo aquí). El día que vinieron a verme para conocer mi trabajo más de cerca me dejaron claro que estaban buscando un fotógrafo de bodas de Santander que tuviese un trabajo fresco, dinámico y sobre todo sin excesivo posado. El motivo era muy sencillo, tenían claro que deseaban disfrutar muchísimo del día de su boda y que por ello no les importaba tener que hacer un postboda para completar el reportaje de pareja.
Da gusto ser el fotógrafo de bodas de parejas que confían plenamente en ti. Que se ponen en tus manos y te dejan hacer lo que desees porque quieren ver el resultado de tu trabajo sin tener que estar pendientes de ti en uno de los días más importantes y emocionantes de sus vidas.
Blanca y Fran hicieron su enlace de forma tradicional. Se dieron el «si quiero» en la iglesia de Puente Viesgo, un pueblo chiquitito y con mucho encanto de Cantabria. Tras su ceremonia religiosa el banquete y la fiesta se sucedió en el Hotel Spa Villa Pasiega, en Hoznayo.
En este post os dejo un pequeño resumen del recuerdo que he podido crear para ellos. Como bien sabéis el papel de un fotógrafo de bodas es el de crear recuerdos con su cámara, plasmar en imágenes eso momentos únicos que no volverán y que de esta manera podréis tener para siempre.
Gracias por dejarme formar parte de uno de los días más importantes de vuestras vidas. Por personas como vosotros es maravilloso poder realizar este trabajo.
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