Rebeca y Pablo me escogieron como su fotógrafo de bodas.
Hoy os quiero contar una historia preciosa, la de una pareja que tengo la suerte de conocer desde hace ya mucho tiempo. Nuestros protagonistas se llaman Rebeca y Pablo, una de esas parejas que te recuerda porque nos dedicamos a esto, porque decidí ser fotógrafo de bodas y te empujan a seguir día a día dándolo todo.
Nuestro camino juntos comenzó hace ya algunos años, nos conocimos por medio de un amigo en común y ya desde los inicios me parecieron una pareja encantadora; años más tarde recibí un correo en el cual me solicitaban presupuesto para una boda que tendría lugar el 30 de junio de 2018 en el palacio de Caranceja. Al igual que con otras muchas parejas procedí a mandarles la información requerida y a concretar un día para tener una cita en la que podrían ver mi trabajo mucho más de cerca, cual es mi sorpresa cuando al abrir la puerta me les encuentro a ambos sonriendo, evidentemente ellos si sabían a que fotógrafo le habían pedido presupuesto… una hora y media de charla después ya estaba claro que sería el afortunado para acompañarles el día de su boda.
¿Qué puedo contar de la experiencia trabajando con ellos? Pues solo cosas buenas la verdad, empezamos realizando una pre boda en el pinar de Liencres, para quienes seáis de Cantabria estoy seguro de que lo conocéis, para quienes no sean de estas tierras les diré que es un lugar precioso donde se pueden sacar fotografías estupendas, con bosque, playa…
Por fin llegó el gran día, el día en el que esta pareja se iba a dar el «si quiero» rodeada de sus familiares y amigos. Podría contar muchas anécdotas de este día, desde la climatología cambiante que nos permitió disparar en seco y en mojado hasta ciertas bromas que nos hicieron algunos de los invitados referente a que parecemos pistoleros por llevar dos cámaras.
Siendo sincero no me considero un fotógrafo de bodas, soy más bien un fotógrafo de personas que intento congelar las emociones que se viven uno de los días más importantes de vuestras vidas.
Rebeca y Pablo me brindaron una boda que te pone los pelos de punta desde el primer disparo. Ver a sus padres emocionados, sonriendo, felices… ¡y poder captarlo! eso es lo mejor de esta profesión.
Hace muy poco me hicieron una pregunta que me ha marcado, «¿Si volvieses a nacer te hubieras dedicado a lo mismo?» la respuesta es muy sencilla, ¡¡SI!! rotundamente.
Desde aquí quiero dar la enhorabuena a Rebeca y Pablo, no solo por su boda si no por ser como sois, no cambiéis nunca… ¡¡SED M UY FELICES!!
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