A medida que avanza mi carrera como fotógrafo de bodas en Cantabria me resulta más complicado poder hacer reportajes en restaurantes nuevos para mí.
La boda de Ana y Mario, así se llaman nuestros protagonistas, fue una oportunidad para desarrollar mi fotografía en un entorno completamente nuevo, más concretamente en el Palacio de Mercadal en Alceda.
Nuestro protagonistas son una pareja preciosa muy simpática. Tuvimos la suerte de que nos contratasen con mucho tiempo de antelación para que fuésemos sus fotógrafos de bodas. Siempre os recomendamos que nos contratéis en cuanto estéis seguros, ya que las fechas vuelan.
Contar la historia de estos novios ha sido una experiencia increíble. En casi todas nuestras bodas empezamos por la preboda, en su caso quisieron contar con su perrito para que les ayudase a soltarse.
Al igual que muchas de nuestras parejas, ellos no quería posar demasiado o perderse todo el cóctel haciéndose fotografías. «Queremos disfrutar de nuestra boda» esa frase caló hondo en nuestras cabezas para el desarrollo de la boda por lo que decidimos hacer, como casi siempre, una boda documental en la que fuésemos los fotógrafos de bodas invisibles, buscando los mejores momentos, emociones, sentimientos y acciones que dibujasen un reportaje que estuviera a la altura de nuestra maravillosa pareja.
Ni que decir tiene que ser fotógrafo de bodas Cantabria me da muchísimas alegrías, Ana y Mario son una de ellas.
Nuestros protagonistas quisieron contar con los servicios de muchos profesionales de los que ya podemos decir que son amigos. Amaya Cuesta como wedding planner encargada de que todo estuviera organizado hasta el más mínimo detalle tanto en decoración como en el desarrollo del evento. El videógrafo Alejandro Setien quien junto a un servidor fuimos los encargados de crear los recuerdos de una boda que tardaremos mucho tiempo en olvidar y por último el saxofonista Solo Saxo que amenizó todo el cóctel como el solo sabe hacerlo, con su música y su sonrisa que no dejo indiferente a nadie. Cuando una boda se planifica con tanta ilusión y cariño solo puede salir de una forma… más que bien.
Ha sido un placer poder acompañaros en uno de los días más importantes de vuestras vidas. Esperamos que nuestros caminos se vuelvan a encontrar y podamos seguir disfrutando de esa familia tan maravillosa que tenéis.
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