Soy fotógrafo de bodas porque me gusta contar historias con mis fotografías, por eso hoy os traemos a Andrea y Samuel, una pareja que quiso contar con nosotros en un día tan importante como es el día de su boda.
Esta historia comienza hace ya más de un año, una llamada telefónica por parte de la novia nos indica que nos quiere como sus fotógrafos de boda, todas las alarmas se accionan al encontrarse un «tenemos la fecha ocupada» por respuesta. Andrea siempre tuvo claro que nos quería para ese día, nos llevaba siguiendo años, se conocía muchas de nuestras fotografías y en todo momento nos dijo «os quiero ese día».
Fueron pasando los días y las semanas, nos volvió a llamar preguntado por otras fechas y encontrándose con la misma respuesta decidió preguntarnos directamente «¿qué fechas tenéis libres?» y optó por un viernes de julio que es fiesta en Cantabria. Estas cosas no pasan muy a menudo, no hay muchas parejas que pongan la fecha en función del fotógrafo, aunque todos sabemos que es una de las piezas más importantes es día, quizás la que más.
Conocimos a nuestros dos protagonistas, y enseguida notamos una conexión especial, tanto es así que pusieron en nuestro conocimiento que tendríamos total libertad para hacer las fotografías como mejor nos pareciera.
Su boda nos puso los pelos de punta, desde el primer momento tuvimos la sensación de que sería un gran día. Todo empezó tal y como lo tenían planeado, en primer lugar fuimos a casa de los contrayentes para poder fotografiar todos los preparativos para posteriormente acercarnos a la ceremonia que se desarrollo con muchísima emoción desde que Andrea llegó en el coche con su padrino.
Tras una ceremonia de boda en la que las emociones estuvieron a flor de piel, y todos los invitados disfrutaron de ella, nos desplazamos a la finca de San Juan (antigua Hostería de Castañeda) para poder disfrutar de un cóctel y un convite maravillosos. Durante estos no pararon de sucederse las sorpresas, los regalos y todo tipo de momentos preciosos. Momentos que hemos intentado poder plasmar en fotografías. Esta profesión se trata de eso, de ser capaz de captar con nuestras cámaras esos fragmentos de acción, esos trocitos de cada uno de los momentos en los que los sentimientos y la emoción son únicos que nunca volverán.
Desde aquí esperamos que disfrutéis tanto de las fotografías como nosotros lo hicimos del día de vuestra boda. Os deseamos lo mejor y que nuestros caminos se vuelvan a juntar tarde o temprano, gracias por ser como sois.
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