Soy fotógrafo de bodas afincado en Santander, Cantabria, aunque reconozco que me encanta salir de mi zona de confort y poder visitar lugares nuevos y retratar a personas en los sitios que más les gustan y les apasionan, porque al fin y al cabo somos fotógrafos de personas y para personas.
La boda que os traigo es la de María y Javier, una pareja joven que se puso en mis manos para que crease el recuerdo del que sería y será unos de los días más importantes de sus vidas.
Al igual que con muchas de nuestras parejas, con ellos empezamos por la preboda, para ir conociéndonos y poder así disfrutar de un rato divertido. La premisa siempre fue la misma «no nos gusta posar aunque nos encantan las fotos», esa norma nos acompañó en todo el recorrido que hemos hecho a su lado. Esta pareja buscó algo para no tener que esta pendientes de la cámara ni de la persona que está detrás de ella, el uso de los polvos holi y de bengalas con humo ayudó en ese aspecto.
Su boda fue una de esas que repetiríamos cada fin de semana, divertida, emocionante, sorprendente… en definitiva tuvo todo aquello que le podemos pedir a un enlace. Una característica muy importante de nuestros protagonistas es que les encanta viajar e hicieron que una de sus ciudades preferidas quedase plasmada en su reportaje de boda. Nunca antes Cantabria y Londres estuvieron tan cerca como ahora.
Desde aquí os quiero dar las gracias por dejar que fuese vuestro fotógrafo de bodas, permitiéndome así crear esas imágenes que os harán recordar siempre que pasó y como fue el día de vuestra boda.
Para mi lo más importante sois vosotros, las personas que fotografío. El vinculo que se crea entre fotógrafo y novios excede lo estrictamente profesional y con vosotros ha sido aún más que eso. Espero que nuestros caminos se vuelvan a encontrar y que sigáis desprendiendo esa felicidad que contagiáis.
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